Estrategias básicas de resolución de conflictos

Una de las tareas que definen el liderazgo es la efectiva respuesta cuando surgen problemas en la organización del tipo que sean.

Presentaremos hoy dos estrategias que sirven para la resolución de conflictos. Un problema puede ser complejo o simple, pero tiene una estructura básica que debe tomarse en cuenta para abordarlo. Un problema consiste de relaciones, valores, percepciones y creencias que lo sostienen o permitieron que surgiera.

Por ello la solución, es un conjunto de recursos en todos esos componentes, de no ser así, la solución será insuficiente. Einstein dijo: «nuestro pensamiento crea problemas que el propio pensamiento no puede resolver». Hay que utilizar otra mentalidad para solucionar que la que se utilizó para crear el problema. Debe tomarse nota de los aspectos más relevantes que sustentan a un problema, esto va más allá de las causas inmediatas.

Hay que recopilar información de todos los aspectos que mencionamos anteriormente relacionados con él. Luego se filtran para obtener lo relevante y luego se propone un plan de acción.

El modelo S.C.O.R.E. diseñado por Dilts es muy efectivo para estos fines. Las siglas en inglés significan Síntomas, Causas, Objetivos, Recursos y Efectos.

Los síntomas son los aspectos más visibles e inmediatos de un problema; las causas son menos evidentes y siempre sistémicas, no causales, si se tratan así es muy probable que reaparezca el problema con cierta regularidad. El efecto es lo que la solución puede lograr y repercutir a largo plazo.

El objetivo es la meta propuesta, que ha de revisarse con el efecto, ya que hay soluciones a corto plazo que se convierten en problemas mayores a largo plazo. Y los recursos son todas las armas, aliados y habilidades con las que se cuentan para resolver el problema.

Todos los problemas son relacionales entre varios elementos del sistema. El abordaje ha de ser sistemico y multifactorial para que no resurja en el futuro. Las soluciones han de tener consecuencias y deben valorarse para evitar efectos contraproducentes.

Es un modelo básico, pero la estrategia es muy efectiva y si se aplica continuamente se va depurando y agiliza la toma de decisiones.