La Generosidad como Valor Intergeneracional

La vida es un maravilloso camino de la naturaleza a la cultura y de la apropiación de nuestra auto-estima a la generosidad, tal como esta representado en los 4 cuadrantes de esta flor.

De la amabilidad personal a la generosidad intergeneracional

Puede parecer extraño, declara Katherine Giraldo, pero parece que al ser amables y bondadosos con los demás, nuestra autoestima mejora, sientiéndonos mejor respecto de nosotros mismos.

El ser generosos, por su parte, hace de nuestro pequeño mundo, un lugar mejor y más feliz para todos.

Nacemos de una naturaleza generosa, que nos ofrece la vida como regalo. Nuestro desafío es devolver a la cultura una parte de eso que recibimos… así es como funciona la armonía.

¿Y es preciso apropiarnos primero de nuestra autoestima, para luego manifestar la generosidad?

Para mi, este es el camino natural: ¿acaso un niño no necesita apropiarse primero de sus juguetes para luego compartirlos con sus compañeros?

Así es como en este proceso nos embarcamos en un viaje que va del egoísmo al altruismo, de lo que recibí a lo que soy capaz de dar.

Ayudar a otros, es una tarea que comienza por rescatar nuestros valores positivos y aprendiendo a valorar cada circunstancia es como terminamos con el miedo y las culpas.

El miedo y las culpas, que nos llevan a concebir la vida como un sacrificio, son solo retardadores de un proceso que requiere ser aceptado. Sin reparar en la transformación que esto nos requiera. Corriéndonos de un espacio de comodidad para aceptar lo que hay, comprendiendo que si algo viene a mi, es porque estoy preparado para confrontarlo.

Somos 100% generadores de las circustancias que aparecen en nuestras vidas. Comprender esto me llevó a darme cuenta que:

No hay culpables generosos, ni altruístas infelices.
La generosidad es parte de un proceso que comienza por la aceptación de nosotros mismos. Liberándonos primero de la herencia cultural tóxica de la culpa y el temor, para adquirir nuevos conductas y compromisos funcionales.

Como enseña la psicólogía, cuando un comportamiento va seguido de consecuencias positivas, tendemos a repetir las conductas generadoras. Si, por el contrario, nuestra actuación va acompañada de consecuencias negativas o de ausencia de resultados, tendemos a reducir o eliminar dicho comportamiento.

La conducta altruista, por lo tanto, responde a sembrar valores que en un terreno fertil, sosteniendo el proceso, todo lo que sea necesario, hasta que aparezan los primeros indicios de testimonios felices.

¿Cómo interpretar el sentido de esta flor?

Ser generosos no es el resultado de una simple declaración, sino que requiere de un Desarrollo Integral, que a nuestro parecer, comprende 4 etapas:

  La 1ra es de carácter personal
Y está relacionada con sanarnos y reflexionar acerca de que no podemos continuar nuestra vida establecida en términos de batalla, de lucha, de sufrimiento… es necesario «declarar un basta» para generar un compromiso que nos ponga en otro lugar. Lograrlo significa hacernos cargo de nuestra naturaleza.

Nuestra Felicidad entonces, depende de nosotros mismos, sin importar lo que otro esté haciendo. No entegándole más al otro la responsabilidad de como nos sentimos. Y por sobre todo, no usándo a los demás como excusa, de lo mal que nos sentimos.

Esto implica dos grandes desafíos: practicar la compasión para con nosotros mismos como oportunidad posterior de verla en nuestra relación para con los otros. Y el perdón (tanto hacia nosotros mismos, como hacia el otro y lo otro en el que me proyecto). Un perdón por haber quebrado tantas veces los principios de nuestra propia naturaleza humana, respondiendo a los impulsos del ego, cuando en el fondo sabemos que no nos edifican.

⃞  En la 2da etapa surge lo relacional y profesional
Como necesidad de involucramiento con el otro. Desde una escucha y presencia, reconociendo nuestras emociones y haciéndonos conscientes del poder que tienen en nuestro mundo relacional. Esto resulta clave para el desarrollo de nuestra autoestima.

Esta etapa requiere practicar la gratitud, hacia lo que surge de cada circunstancias vivida y «el diálogo valorativo» para llevar armonía a todas las relaciones. Así es como allanamos el camino durante nuestros procesos de emprendimiento.

  La 3er etapa es netamente social
Atravesarla requiere de una gran metanoia, ya que es necesario dejar de ver las cosas en función de nosotros para incluir la coordinación de acciones y vernos como parte del sistema cultural en el cual aprendemos a ser líderes y liderados en las distintas circunstancias. Este tránsito implica el desarrollo de varias competencias y es una etapa muy demandante. La mayoría de los seres humanos tiene una gran resistencia a transitar este espacio y prefieren quedarse cómodos donde están. Asumiendo responsabilidades con las que si pueden lidear, ya que dependen en gran parte de ellos.

Para encararla es necesaria una gran dosis de humildad y proactividad (actitud escasa en los que se han acostumbrado a escuchar a su ego). Reconociendo que solo somos una parte dentro del sistema, un punto de vista en una multiplicidad de interpretaciones.

  La 4ta etapa es de carácter espiritual
Y representa una mayor evolución de la conciencia, donde aparece esa indescriptible conexión con la trascendencia y comprendemos el sentido de la generosidad. No desde el ego, como pretendíamos en el transito que veníamos llevando, sino trascender desde la invisibilidad.

Dejar de soñar con las necesidades que traemos para comenzar a trabajar por la humanidad. Una tarea sin tiempo y en la mayoría de los casos sin reconocimiento externo.

Un lugar donde la fama, el dinero y el poder pasan a un segundo plano.

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¿Cómo proponemos acompañarte?

Todos valoramos ciertas cualidades porque sabemos que en el mundo son muy preciadas: Sabiduría, Comunicación, Liderazgo y Creatividad son algunas de ellas.

Cualquier persona que las haya desarrollado, independiente de la actividad a la que se dedique, considero que ha ganado el carácter necesario para vivir armónicamente, a pesar de las circunstancias que pueda estar atravesando.

Sin embargo en ese proceso de maduración y desarrollo paulatino, la ansiedad por el logro y las innumerable necesidades nos terminan desenfocando del camino.

En virtud de sortear eso, en Generaciones en Acción, contamos con un Modelo para acompañarte: el MUI (Modelo Único Intergeneracional). A partir del cuál te vamos proponiendo actividades que corresponden a los 4 pétalos inferiores: (Descubrimiento, Reflexión, Valoración y Emprendimiento), para que puedas re-apropiarte y redescubrir tu propia naturaleza, empoderándote.

Tornarnos generosos requiere de capitalizar el poder que se encuentra dormido, aletargado, afectado por los fantasmas de la culpa y el temor, o simplemente está latente. Eso nos permite ganar mayor confianza. Vinculándonos con las emociones apropiadas que recrean nuestra vida personal, profesional y social… desarrollando integralmente nuestro Ser.

En términos geométricos, lograr el objetivo de vivir una vida plena, implica un tránsito que va de abajo hacia arriba y de izquierda a derecha (respecto de los 4 cuadrantes que acompañan la imágen de la flor). Un tránsito donde la Generosidad, en términos metafóricos, respondería a una formula matemática como esta:

Generosidad = Confianza + Prosperidad + Voluntad de Propósito.

Patricia Veliz, Amanda Macal y Carla Osorio lideran el Team de Generaciones en Acción.

Estamos convencidos de que la generosidad expresada en nuestras conductas generará confianza y prosperidad en la comunidad que habitamos. Por lo tanto, nuestro compromiso está en mirar hacia adelante y seguir sembrando cada día, en lo que hoy percibimos como propósito.

Para adquirir una versión actualizada del Modelo Único Intergeneracional: contactáctese con nosotros.

El contenido de este artículo ha sido desarrollado por el Dr Fabián Sorrentino para Generaciones en Acción | Copyright 1995-2017 www.sonria.com |  No se puede reproducir sin permiso expreso del autor y la agencia.